Vehículos
eléctricos inteligentes
Sostenibilidad
y seguridad son dos de los ámbitos de la automoción en los que se producen más
innovaciones. El enorme impacto ambiental de las emisiones contaminantes de los
coches y el final del petróleo a medio plazo han dado el impulso definitivo al
desarrollo de sistemas de propulsión alternativos al motor de combustión
interna, esto es, los vehículos híbridos y eléctricos. Por lo que respecta a la
seguridad, el enorme avance en la última década en la protección a los
ocupantes en caso de accidente con la incorporación de dispositivos tales como
airbags, cinturones de seguridad con limitadores de fuerza, estructuras de
carrocería reforzada, etc., ha llevado a la tecnología a un grado de madurez
tal que las innovaciones con mayor impacto se están produciendo en los campos
de la seguridad activa o primaria, la que abarca los sistemas que tratan de
evitar que se produzca el accidente, y la seguridad terciaria, que contempla
los sistemas de rescate tras el accidente y tratamientos a los ocupantes
lesionados.
En 2012 se comercializarán de manera generalizada las versiones plug-in de vehículos híbridos y eléctricos. Se trata de coches en los que la recarga de las baterías eléctricas se realiza conectando un cable a la red eléctrica doméstica de la misma forma que enchufamos hoy en día cualquier aparato eléctrico. La principal ventaja de este sistema es que no precisa estaciones de carga específicas preparadas para la alta tensión sino que la recarga puede realizarse en cualquier lugar donde haya una toma convencional de 220 voltios.
Otra novedad es la recarga inalámbrica de vehículos eléctricos. El sistema consiste en disponer de unas plataformas incrustadas en el pavimento en ubicaciones escogidas (aparcamientos, estaciones de servicio, etc.) sobre las que se sitúe el vehículo eléctrico y donde se realice el proceso de recarga de las baterías sin necesidad de conectar ningún cable. El mecanismo se basa en el fenómeno de la transferencia inductiva de energía, es decir, en la transferencia de electricidad a través de ondas electromagnéticas. El siguiente paso en la utilización de esta tecnología será la recarga inalámbrica con el vehículo en movimiento.
En cuanto a innovaciones en materia de seguridad, las novedades consisten en la implantación a gran escala de sistemas o dispositivos ya conocidos. Entre estos sistemas se encuentra el radar para la detección anticipada de obstáculos u otros vehículos y, de esta manera, tratar de evitar la colisión, bien mediante el envío de avisos al conductor para que realice una maniobra evasiva o bien haciendo entrar en funcionamiento sistemas automáticos como el frenado autónomo de emergencia, que toma el control en el proceso de detención del vehículo.
Otro dispositivo que se generalizará es la llamada de emergencia (e-call), mediante el que, en caso de accidente, el propio vehículo envía un aviso automático a una central de emergencias proporcionando información de la posición del vehículo y de los parámetros más significativos de la colisión (velocidad, dirección de impacto, sistemas de seguridad activados) de manera que los servicios de emergencia dispongan de forma anticipada de datos que permitan, por un lado, acceder de manera más rápida al lugar del accidente y, por otro, tener preparados los tratamientos de auxilio a aplicar in situ y avisados los equipos médicos del hospital al que se trasladen las víctimas.
En 2012 se comercializarán de manera generalizada las versiones plug-in de vehículos híbridos y eléctricos. Se trata de coches en los que la recarga de las baterías eléctricas se realiza conectando un cable a la red eléctrica doméstica de la misma forma que enchufamos hoy en día cualquier aparato eléctrico. La principal ventaja de este sistema es que no precisa estaciones de carga específicas preparadas para la alta tensión sino que la recarga puede realizarse en cualquier lugar donde haya una toma convencional de 220 voltios.
Otra novedad es la recarga inalámbrica de vehículos eléctricos. El sistema consiste en disponer de unas plataformas incrustadas en el pavimento en ubicaciones escogidas (aparcamientos, estaciones de servicio, etc.) sobre las que se sitúe el vehículo eléctrico y donde se realice el proceso de recarga de las baterías sin necesidad de conectar ningún cable. El mecanismo se basa en el fenómeno de la transferencia inductiva de energía, es decir, en la transferencia de electricidad a través de ondas electromagnéticas. El siguiente paso en la utilización de esta tecnología será la recarga inalámbrica con el vehículo en movimiento.
En cuanto a innovaciones en materia de seguridad, las novedades consisten en la implantación a gran escala de sistemas o dispositivos ya conocidos. Entre estos sistemas se encuentra el radar para la detección anticipada de obstáculos u otros vehículos y, de esta manera, tratar de evitar la colisión, bien mediante el envío de avisos al conductor para que realice una maniobra evasiva o bien haciendo entrar en funcionamiento sistemas automáticos como el frenado autónomo de emergencia, que toma el control en el proceso de detención del vehículo.
Otro dispositivo que se generalizará es la llamada de emergencia (e-call), mediante el que, en caso de accidente, el propio vehículo envía un aviso automático a una central de emergencias proporcionando información de la posición del vehículo y de los parámetros más significativos de la colisión (velocidad, dirección de impacto, sistemas de seguridad activados) de manera que los servicios de emergencia dispongan de forma anticipada de datos que permitan, por un lado, acceder de manera más rápida al lugar del accidente y, por otro, tener preparados los tratamientos de auxilio a aplicar in situ y avisados los equipos médicos del hospital al que se trasladen las víctimas.